Para Julio César Gómez, director de la Corporación Autónoma Regional de Risaralda (CARDER), el problema de la contaminación de las aguas en los acueductos rurales es un asunto de larga data, que se remonta prácticamente al momento en que la Federación Nacional de Cafeteros dejó de administrar estos sistemas.
“Este problema es grave, porque desafortunadamente el 80 o 90 % del agua que consume la gente en la zona rural, es un agua no clorada”, comentó Gómez en relación con la persistente crisis de los acueductos rurales. En su declaración, el director subraya la gravedad de la situación y la falta de soluciones efectivas a lo largo del tiempo.
A este desafío se suma la crítica situación de los acueductos en Dosquebradas, donde 63 fuentes de agua, en su mayoría ubicadas en zonas urbanas, enfrentan graves dificultades debido a la falta de apoyo económico por parte del municipio. Esta crisis pone en riesgo el acceso al agua potable para miles de residentes y refleja la necesidad urgente de una intervención estructural.